La nueva pirámide sigue la pauta
de la anterior: sitúa en la base los alimentos que deben sustentar la dieta, y
relega a los estratos superiores, gráficamente más estrechos, aquellos que se
deben consumir con moderación.
Esta pirámide de la Dieta
Mediterránea se ha actualizado para adaptarse al estilo de vida actual.
Así, en la base de la pirámide se
recomienda llevar una vida saludable: actividad física diaria, descanso
adecuado y convivencia.
Además de apostar por los
productos tradicionales, locales y respetuosos con el medio ambiente, la
biodiversidad y estacionalidad. ¡Y actividades culinarias!
Los beneficios de la Dieta
Mediterránea sobre la salud y su papel en la prevención de muchas enfermedades
crónicas son hoy por hoy una evidencia científica. La pirámide que la
representa incluye todos los grupos de alimentos. Que una dieta sea saludable o
perjudicial depende de la proporción de cada uno de estos grupos y de la
frecuencia de consumo. El patrón es una pauta para la alimentación de la
población adulta sana y debe ser adaptado a las necesidades específicas de los
niños, las mujeres embarazadas y otras condiciones de salud.
La pirámide sitúa en la base los
alimentos de origen vegetal, que proporcionan nutrientes clave y otras
sustancias protectoras que contribuyen al bienestar general y a conseguir una
dieta equilibrada. Por estas razones, deberían ser consumidos con mayor
proporción y frecuencia que los alimentos situados en los niveles centrales y
en el vértice. Estos últimos se deberían consumir en cantidades moderadas, o de
manera ocasional, reservándolos para ocasiones festivas y excepcionales.
La pirámide establece pautas
alimentarias de cumplimiento diario, semanal y ocasional, para lograr una dieta
saludable y equilibrada.
