facebook_js

2 de octubre de 2011

Pautas para alimentar bien al niñ@ de 0-1 año

A partir de los 6 meses la leche no proporciona la energía y nutrientes necesarios que necesita el lactante, por eso se debe incluir una alimentación complementaria, siguiendo unas pautas.

Antes de los 5-6 meses no se han de introducir alimentos nuevos, pero a partir de los 6 meses se irán incluyendo poco a poco en la dieta del lactante, ya que esta época es importante para la educación del gusto y la adaptación progresiva a una alimentación equilibrada, variada, saludable y suficiente.

La forma habitual de introducir la alimentación complementaria es ir sustituyendo, de una en una, las tomas de leche que recibe el lactante por los distintos componentes de la alimentación complementaria (papilla de cereales, fruta, puré de verdura…); con intervalo suficiente para que el niño vaya aceptando los nuevos alimentos, probando la tolerancia del niño a los mismos antes de introducir uno nuevo y dando tiempo a la adaptación de su organismo. Esto ayudará a los padres a identificar cualquier alergia o intolerancia a alimentos específicos.

El lactante es especialmente sensible y vulnerable ante transgresiones dietéticas y sus consecuencias son más serias que en el niño mayor y el adulto; intolerancia a la leche de vaca por consumo temprano, celiaquía o intolerancia al gluten y alergias alimentarias.

En este período es de vital importancia la introducción tardía del gluten (proteína presente en trigo, centeno, avena, cebada y triticale o híbrido de trigo y centeno) en la dieta para reducir el riesgo de celiaquía. Los cereales que no contienen gluten son: arroz, maíz, mijo y sorgo.

También hay que destacar la importancia de retrasar aquellos alimentos más alergénicos como el huevo, el pescado o algunas frutas como la fresa o el melocotón a un momento en que la permeabilidad intestinal sea menor y disminuyan las posibilidades de desarrollar una alergia alimentaria; y en niños con antecedentes atópicos, nunca antes del año.

En esta etapa el aporte de agua es fundamental; al introducir los alimentos sólidos, el aporte hídrico debe aumentarse. Hay que ofrecerles a menudo agua, y más en situaciones de enfermedad, fiebre, diarreas, etc.

Es muy importante en este periodo, permitir que la cantidad de alimento pueda variar de un día a otro y de una semana a otra, según el apetito del niño.
El control del peso durante el periodo de lactancia se ha centrado tradicionalmente en la detección de la desnutrición, pero los cambios en el nivel de vida de nuestro país hacen menos frecuente esta circunstancia salvo en enfermedades crónicas, y comienzan a aparecer problemas de sobrepeso y obesidad.

En el periodo de lactante, especialmente tras la introducción de la Alimentación Complementaria, Destete,o Beikost, debemos estar alerta, ya que si se instaura la obesidad a estas edades será más difícil erradicar este trastorno posteriormente.